martes, 17 de junio de 2008

Yo medito...

Hoy me he sentado frente al ordenador y he quitado el sonido.
He cerrado los ojos y me he quedado escuchando la lluvia en silencio.
Con ese sonido y totalmente relajado me he puesto a pensar.
He pensado en muchas cosas, en algunas que no debería haber pensado y en otras que me han hecho sentir mejor.
De pronto la lluvia se ha dado un descanso y he abierto los ojos, molesto con la lluvia y con la interrupción de mi meditación.
Luego ha vuelto la lluvia, pero ya estaba enzarzado en mis comunicaciones de mensajería instantánea y no he podido meditar.

¿Podría estar hablando con tanta gente y no decirles nada a ninguno? Si, era cierto. Todas las conversaciones eran insustanciales. Quizás sea por ese maldito hueco que sigo sintiendo desde el domingo.
¡Qué irónica es la vida! Deseo estar solo, pero la soledad me abruma, me da miedo. Estoy hablando con la gente, pero sigo solo. Ya no me gusta regodearme en mi soledad. Ahora le tengo miedo.

Y la gente siempre con su misma canción. Cada uno quiere que vivamos su vida, pero no piensan que nosotros también tenemos una. Y que a veces no somos felices como ellos, o que a veces estamos tristes, como ellos. Pero es mi tristeza, y no voy a cargarte con ella.
Dicen que las penas compartidas pesan menos. Bueno, puede que pesen menos, pero siguen siendo penas. ¿No?
Por mucho que alguien anime al portero desde la grada, los goles los para él solo.
Y este gol no me lo van a meter. El domingo estaba triste, pero hoy estoy cabreado.

Quizás si volviera la lluvia y me ayudara a meditar...

3 comentarios:

Un pedacito de mí dijo...

yO CUANDO HAY LLUVIA, EN VEZ DE MEDITAR ME MOSQUEO. Sí, a diferencia de toda la humanidad(por lo que parece) yo la odio! es assssquerosa

:) y ya

Frimost dijo...

A ver pive, déjate de tonterías y espabila. que parece que tas tonto!!!

Date dos collejas de mi parte

A. dijo...

Aquí de llover nada de nada
Un calor infernal que yo no sé como sobrevivo al sacar al perro. Y el perro peludo tampoco lo sabe (de el mismo quiero decir).
Murcia parece Cuba (creo, porque nunca he estado): en pantalones cortos y chanclas todo el día.
No sé si todo esto viene a cuento, pero es que yo también estoy de exámenes y un poco desquiciado, para que me voy a engañar. Lo que te pasa a ti, supongo. Animo.
¡Suerte!