lunes, 31 de marzo de 2008

Conclusiones.

Hoy debería comentar los resultados de la encuesta para poder colgar otra a lo largo de esta semana, pero una de las ventajas de mi blog y una de las nuevas metas que me he autoimpuesto es no escribir sobre lo que deba, sino sobre lo que quiera. Y me apetece escribir sobre otra cosa.

Este fin de semana he estado de convivencia en Sigüenza con unos amigos monitores y me gustaría más plantear las conclusiones a las que he llegado en este retiro de reflexión que me ha servido para ordenar un poco mi vida.

1-Todo pasa porque tiene que pasar.
2-En el equilibrio está la perfección.
3-El equilibrio es imposible.
4-Parecerse cada día más a aquella persona que queremos ser es evolucionar y mejorar cada día un poco más.
5-Siempre influyes en más personas de las que crees.
6-No hay nada imposible si se sabe esperar el momento.
7-Nadie está solo.
8-Aunque no se vea el final del camino, lo importante es cada paso que das.
9-Si pareces seguro, los demás pensarán que eres seguro.
10-No importa lo que diga la gente, lo que importa es lo que diga tu conciencia.

sábado, 29 de marzo de 2008

"Cada día, suspiran mis zapatos por dejar el pavimento..."


LOS PIRATAS- INERTE.


Mirando al techo fijamente

podría sustraerme

y separarme de este mundo

en un impulso


Como en un cuento separando

la gravedad del centro

recorriendo sin movernos

el universo


Colgado al suelo simplemente

manteniendo un rumbo inerte

y el suelo se convierte en poesía


¿Dónde estaránlas cosas que pensamos?

¿Dónde se fuela primera?

Creo que aún mantengo

un sentimiento dentro

que pudo serel del comienzo


Colgado al suelo simplemente

manteniendo un rumbo inerte

y el suelo se convierte en poesía


Cada día

suspiran mis zapatos por dejar el pavimento

separándonos a ti y a mí del centro

cada día


¿Dónde estaránlas cosas que pensamos?

¿Dónde se fuela primera?

Creo que aún mantengoun sentimiento dentro

que pudo ser el del comienzo
...

Y sigo con mi racha de relajación y de paz. Creo que lo necesito y a vosotros os toca aguantarme. En este caso he querido dejar patente mi afición por Los Piratas con unas de las canciones que más me gustan de ese grupo. ¿Por qué he elegido esta canción? No sé, puede que sea por la letra, tan fácil, tan simple, tan sencilla, tan inerte... Cuando escucho esta canción me da la sensación de que voy a empezar a levitar de un momento a otro. Nunca he oído una canción que se asemeje tanto la letra con la música. Os recomiendo que no os quedéis solo con la letra (que también tiene su mérito), sino que disfrutéis de todo en conjunto. Creo que voy a volver a darle al play...

jueves, 27 de marzo de 2008

¿Hay vida entre el optimismo y el pesimismo?

Hoy me he encontrado de golpe con ganas de hablar del optimismo. Creo que no sabría hacerlo tan bien como otro compañero mío hace en su blog (ver el cuaderno de bítácora de un optimismo), pero lo intentaré.

Alomejor no se me da bien porque soy de los que piensan que ser siempre optimista solo sirve para que te den palos uno tras otro. No sé, el caso es que alguno de esos palos (que me han dado tanto si he sido optimista como si no) duelen menos si te los esperas.

Aun así me gsutaría ser optimista. Creo que estoy aprendiendo a serlo y he comenzado por dejar de ser pesimista y dejar de ser realista. Es ya un gran paso. Pero eso no quiere decir que sea optimista, aun me queda mucho camino por recorrer.

También pienso que no es posible ser siempre optmista ni pesimista. Creo que Murphy en realidad no pensaba mucho de lo que decía y creo también que sus leyes son leyes optimistas. De hecho al leer algunas, no he podido reprimir una sonrisa y he aprendido a ver la vida de otra manera ya que si tienes presente que siempre puede ir todo mal, te alegrarás mucho más de cualquier pequeña alegría. Y eso no significa no tener confianza en las cosas, sino tener la confianza justa, es decir, el equilibrio entre el optimismo absurdo y el pesimismo desesperante.

Eso es lo que estoy tratando de lograr, es el camino que estoy comenzando ahora y para el que necesito mucha más fuerza de la que pensaba, pero no importa, hoy me siento fuerte...

martes, 25 de marzo de 2008

..Me sienta tan bien que no me invites...

...Me sienta tan bien que no me griten...

Una y otra vez rezaba esta frase en mi cabeza. Los Pereza se empeñaban en grabarla a fuego en mi mente. Y daba resultado. Cada vez que la escuchaba (dentro de mi cabeza claro) volvía a sonreir.

¿Por qué? Sinceramente, no lo sé muy bien. Es posible que sea porque me recuerda a una época tranquila y serena. Me remite a un estado en el que no estaba hace mucho tiempo. Si, esa frase para mi significa la calma y la paz, la tranquilidad. Algo que me hace mucha falta y que nunca tengo.

Pero me sigue sorprendiendo, y perdonad que insista, que una frase que hable de ausencia de gritos me guste. A mi, que soy escandaloso y que hablo tan alto... ¿Me estaré volviendo callado y tranquilo? Ojalá...

Me encanta esa frase, puede que a vosotros no os diga nada, pero para mi significa mucho. Y seguro que los Pereza la escribieron entre porros y risas sin saber que hacían, sin saber que un día, una frase de las suyas llegaría atravesando cables, micrófonos y altavoces hasta mi cerebro y se haría un hueco ahí, junto al botón que controla mis risas involuntárias. Esas sonrisas tontas de placer que tanto me gustan y que tan pocas cosas consiguen arrancarme...

Una de ellas esta frase, la frase de mi paz, de mi falta de preocupaciones... Creo que la recordaré en algún examen. Ya os comentaré el resultado.

Colgando este post me he dicho: ¿Seguro que la letra dice eso? Y me he puesto a navegar por el maravilloso mundo de google y solo he encontrado letras que dicen: "Me sienta tan bien que no me invites". Así que todo mi gozo en un pozo (hasta he pensado en no colgar el post, aunque luego he decidido cambiarle únicamente el título), pero a la vez he pensado... Es increíble como cambiamos algo que oímos por algo que queremos oir. Aun sigo escuchando la canción (la he puesto para comprobarlo) y me sigue sonando genial mi frase, de hecho no consigo escuchar la frase verdadera, siempre oigo la mía. Los Pereza deberían considerar cambiarla, a mi desde luego me hace mucho más feliz...

domingo, 23 de marzo de 2008

Cuando sea tuyo.

Apagó el cigarrillo apretándolo despacio contra el cenicero de cristal. La colilla a medio fumar se torció y giró sobre si misma antes de caer sobre la ceniza que ensuciaba el fondo del cenicero. Antes de retirar la mano, soltó el humo lentamente, deliberadamente despacio mientras entrecerraba los ojos. Estaba tomando tiempo para pensar una respuesta, o quizás solo trataba de ponerle nervioso. Con Ella nunca se sabía.
Varios rizos de su pelo ondularon en el aire cuando giró la cabeza, pero volvieron a su anterior estado de manera elástica y natural. Tenía el pelo moreno y con grandes rizos que le caían suavemente a los lados de la cara. No intentaba recogerlo, ni retirárselo de la cara. Llevaba los ojos perfilados de un color negro que resaltaba lo oscuro de sus ojos de azabache. Todo ello la enmarcaba en un halo de misterio que le encantaba trasmitir a los demás.
-Lo que me pides está fuera de lugar.- Fue su respuesta. Salió de sus labios empujada por el último resquicio de humo.
-Tienes que entender que...- Ella le cortó levantando la mano.
Llevaba las uñas pintadas de un color rojo pasión, igual que los labios. ¿Qué clase de mujer se pintaba de esa forma tan provocadora? Tenía la cara ovalada, de piel aterciopelada morena. Su cuello bajaba sinuoso en suaves curvas hasta el insinuante escote acabado en pico.
-Déjame pensar Carlos. No hables.-
Él trago saliva y se reclinó en su sofá. Hasta ese momento no se había dado cuenta de lo lujosa que era aquella sala. Se encontraban en un bar de uno de los hoteles más caros de la ciudad. La ventana tras ellos estaba tapada por un espeso cortinaje de color crema, pero Carlos sabía lo que había detrás de él. Una interminable sucesión de coches pitándose unos a otros. Sin embargo a tan solo unos centímetros del atasco, el ruido era inapreciable, es más, costaba percibir la suave música clásica y los susurros de los otros clientes.
La tensión era cada vez más patente, se trataba de una especie de opresión en el pecho que ralentizaba los latidos del corazón a medida que crecía un nudo en el estómago. De su decisión dependían muchas cosas, entre ellas, la vida del propio Carlos. Se frotó las manos y miró el vaso de whisky que había sobre la mesa. El amarillento líquido dormitaba aburrido haciendo moverse lentamente los dos grandes hielos que contenía el vaso bajo. A Carlos siempre le había gustado beber en aquellos vasos bajos de culo ancho, más si como aquel, tenían parte del cristal opaco. A nadie le importaba qué bebía.
Ella se removió inquieta en su asiento y Carlos tragó saliva. Pero no dijo nada. La mujer siguió mirando imperturbable la mancha cilíndrica que había dejado su vaso de tubo cuando lo había levantado. ¿No era extraño que no hubiera un posavasos?
Carlos se alisó la solapa de su traje azul marino de Armani y después relajó el nudo de corbata negra, aunque no era eso lo que le impedía respirar. Era una tortura estar allí mirándola beber su martini con limón con lentitud mientras sus ojos se clavaban en los suyos. Era como si le dijera: Sigo pensando que no, pero me encanta verte sudar.
En efecto estaba sudando, ¿Lo notaba ella? ¿Por qué era tan corta la falda de su vestido rojo? ¿Siempre había llevado puestos ese par de muslos? Se pasó una mano por la cara para despejarse y se echó hacia atrás el pelo moreno, que le caía a los lados de la frente como dos pequeños puentes. En conjunto resultaba bastante atractivo. Sobre todo vestido con el traje y los zapatos. Parecía un delincuente venido a más con aquellos provocadores ojos verdes y aquellas facciones de tipo duro, con todos los huesos marcados. Pero no era un tipo duro y Ella lo sabía. Ella lo sabía todo acerca de él y por supuesto, disfrutaba torturándolo.
-Bien.- Comenzó por fin tras depositar de nuevo el vaso sobre el mismo cerco húmedo.- Creo que podría ayudarte, a cambio de un pequeño favor.-
-Lo que sea.- Contestó con ansiedad.
Ella sonrió.
-Tienes que venderme tu cuerpo.-
-¿Mi qué? Oh vamos, ya tienes mi alma.- A pesar de responder eso, sabía que acabaría cediendo. Era lo que siempre pasaba cuando se hacían tratos con Ella, no se podía negociar. Lo aceptabas o te ibas.
-Por los siglos de los siglos. Deberías dejar de sudar, sabes que puedo leer lo que piensas.- Él miró al suelo y después subió lentamente la vista acariciando el contorno de su cuerpo pero sin verlo, fijándose en el sofá individual de color marfil donde suavemente Ella estaba sentada. –Vamos Carlos, decide.-
-¿En que consistiría el trato?-
-Tu cuerpo será mío cuando lo quiera, cuando quiera poseerte, cuando quiera hacerte el amor, cuando quiera que hagas algo en el plano material por mí.-
-¿Y a cambio?-
Ella le miró de manera pícara, medio sonriendo medio con vergüenza, vergüenza que por supuesto ella nunca había tenido, y descruzó las piernas con elegancia dejando sus dos tacones de aguja apoyados suavemente de forma inclinada sobre la moqueta de color siena.
-A cambio, por cada vez que yo tenga tu cuerpo te concederé uno de tus estúpidos deseos.-
Él dudó.
-¿Dónde está la trampa?-
-¿Hubo trampa cuando me vendiste el alma?-
Se levantó y se quitó la chaqueta, tenía calor y Ella estaba jugando con él. No podía tomar las cosas a la ligera, tenía que asegurarse de no perder con el trato. Qué Ella iba a ganar lo sabía de sobra, no era estúpido, pero tampoco pensaba perder totalmente la autonomía de su cuerpo así como así.
-La hubo por que mi deseo era efímero, temporal. Yo seré tu siervo para siempre.-
-Si es cierto, pero eso será una vez que mueras. Tu alma solo será mía cuando mueras.-
Ella sacó otro cigarrillo y buscó a un lado del sofá su pequeño bolso negro de piel del que sacó un enorme mechero plateado con los bordes dorados.
-No tengo todo el día, mortal.-
-No parecías tener prisa cuando estabas decidiendo.-
Ella rió desenfadadamente.
-Escucha Carlos. Él no me deja interferir directamente en la vida de los mortales piadosos. No puedo hacer que ese chico olvide lo que te ha visto hacer, no puedo por que tiene una idea del bien que no coincide con la nuestra.-
-Él no está condenado como yo.-
Acabó de encender el cigarrillo y se alisó con la otra mano la falda del vestido rojo.
-Tu no estabas condenado cuando viniste a mí. Podías haber ido a verle a Él.-
-Sabía que no podría ayudarme. No del modo que quería.-
Carlos se sentó de nuevo frente a Ella y aspiró el aroma que emanaba el cigarrillo que fumaba. ¿Qué diablos huele tan bien al fumarlo?
-Mira Carlos, voy a contarte algo sobre Él a pesar de que está prohibido. Cree que cada uno tiene que aprender a conseguir lo que busca, absurdamente, cuando le pides algo, propone la manera de llevarlo a cabo poniendo a tu alcance un medio directo o indirecto de conseguirlo, pero que sin tu propio esfuerzo nunca conseguirás. Para hacer eso tienes que estar realmente convencido de que Él puede conseguirlo, sin fé, no hay regalos.- Dio una calada al cigarro.- Yo soy más práctica, si alguien quiere algo se lo doy a cambio de algo que ya no va a necesitar.-
-Pero no puedes interferir en las vidas de la gente que no cree en ti.-
-No puedo interferir en ninguna alma que no me reclame. Vine a ti cuando lo deseaste de verdad.-
-¿Va a dolerme?-
Ella sonrió y dio otra calada al cigarro.
-No podría destrozar una cara tan guapa.- Puso una mano sobre la suya. Al momento Carlos sufrió una erección terrible. Ella sonrió y retiró la mano despacio. -Quiero hacerte el amor ahora. Eso es lo que te pediré por tu primer deseo.-
-¿No dices que no puedes borrarle la memoria?-
-No, pero puedo tomar tu cuerpo y matarlo.-
-No quiero matarlo.- Se puso en pie dispuesto a marcharse. –Creo que hemos terminado por esta vez.-
-¿Te has vuelto a enamorar Carlos? Es un chiquillo, ¿Crees en serio qué podrías seducirle después de que viera como matabas a sus padres?-
Él no dijo nada, solo volvió a colocarse su traje.
-Volverás, eres mío lo quieras o no.- Carlos hizo caso omiso a sus palabras.- Quiero hacerte el amor Carlos, y lo conseguiré.-
-No lo dudo, pero aun no.- Cogió su gabardina y su sombrero del perchero y se acercó a la puerta.-
-Cuando seas mío todo habrá acabado, no volveré a ser tan generosa.-
-Cuando sea tuyo querida, cuando sea tuyo.- Y salió de la sala con una sonrisa.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Acto cuatro: Ella sale de escena

Cuando se separó de mi y apartó sus labios de los míos me detuve a mirarla con lentitud. Era alta, casi tanto como yo, y tenía el pelo rubio y ensortijado suelto alrededor de la cabeza. Algunos bucles le caían desordenadamente sobre el rostro, azorado debido al beso. Sus labios eran finos y suaves, carnosos, de un color rosa brillante. Tenía los ojos pintados de negro, lo que resaltaba más su mirada, intensa y misteriosa. Amaba a esa mujer casi tanto como al joven de la ventana. Pero ella estaba muerta. Se había puesto un vestido rojo oscuro, color Burdeos creo que lo llamaba cuando estaba viva, que le caía en una falda ajustada hasta las rodillas. Llevaba unos zapatos del mismo color con un gran tacón de aguja. Recordé haber tocado esos zapatos al arrebatárselos al cadáver de aquella mujer. Tenían la textura del terciopelo. Se enganchaban en el tobillo con una fina tira de cuero rojo. No llevaba nada más sobre el cuerpo, solo el vestido ajustado que resaltaba sus caderas y sus senos. Soñé con poseerla como había hecho cientos de veces mientras estaba viva. Iba vestida y peinada como la vez que murió.
En el cuello llevaba un pequeño colgante dorado con un gran zafiro. Se acarició el colgante y me percaté de que llevaba las uñas pintadas también en rojo. Nunca me había fijado en ese detalle cuando encontré el cadáver y lo limpié. De haberlo sabido le habría arrancado las uñas y las habría tirado al mar, lejos del cuerpo. Odiaba sus manos y sus uñas. Odiaba el tacto que tenían cuando me acariciaba la espalda. Mi cuerpo decía: Peligro. Ojalá se las hubiera arrancado antes de enterrar el cadáver.
Desde aquella noche eran muchas las noches en que la veía y yo sabía porque era, yo sabía porque venía y que había venido a hacer aquella noche a esa casa.
La odié por todo eso. Odié a ese monstruo tanto como la había amado a ella cuando estaba viva. Se separó unos pasos de mi y contempló la casa.
-¿Qué has venido a hacer aquí?- Pregunté con timidez. Mi voz sonó irreal en aquel silencio. Me había acostumbrado a pensar y a oír el ruido del ambiente amando cada silencio. Mi voz me sonó profana, no era la voz bella y grave que tanto le gustaba a ella cuando estaba viva.
El espectro se giró. Nada en aquel cuerpo hacía pensar que no estaba viva. Pero estaba muerta. Yo había arrojado su cuerpo inerte a la fosa de aquel cementerio y lo había cubierto con tierra. Aquella mujer estaba muerta y solo yo podía verla.
-He venido a matarlos.-
-Tú no puedes hacer eso.- Contesté de pronto. Casi instantáneamente, como si ya supiese de antemano lo que tenía que decir. Estaba aterrado, sabía que si podía hacerlo. Ella lo había descubierto hacía poco y quería ponerse a prueba. Había tratado en vano hacerme sufrir y conseguir que me suicidara, pero no había dado resultado. Aquella noche pensaba acabar con lo que yo más amaba si no podía acabar conmigo.
Por eso había venido a la casa esa noche. Sabía que la encontraría allí.
Ella sonrió.
-Sabes que no te dejaré hacerlo.- Contesté más seguro de mi mismo.
-Tienes una hora para poner fin a tu vida. Sino, mataré a los habitantes de tu querida casa uno a uno y después la derribaré.-
Se acercó lentamente y me besó de nuevo en los labios. Me repugnaba aquel ser, pero no pude evitar besarla, no pude evitar percibir un cosquilleo en los labios cuando sentí su esencia incorpórea sobre mi. Luego vino el frío y cuando abrí los ojos, ella ya no estaba allí.
Miré mi reloj de pulsera, marcaba las cuatro menos diez de la noche. Me lo quité de la mano y lo tiré al suelo con furia. Tenía una hora para salvar mi vida y la vida de mi familia.
Sin detenerme más, abrí la verja y crucé por el camino de piedra que separaba la calle de la entrada del porche. Los aspersores aun seguían sonando cerca de mi, pero ninguno rozó mis caras prendas de vestir. Me paré frente a la puerta de entrada. Era una puerta blanca y gruesa de seguridad. Una puerta blindada. Pensé en llamar al timbre, pero no hizo falta, saqué de mi bolsillo una llave y abrí la puerta.

lunes, 17 de marzo de 2008

El tiempo, esa gran mentira...

Hoy, como si de un día especial se tratara me dispongo a afrontar la vida con una nueva mirada. Me he puesto a pensar, a pesar de que sigo diciendo que eso no es bueno, y he decidido empezar a escribir hasta llenar una hoja con Dios sabe que divagaciones. Me hubiera gustado tener el mar delante o estar escuchando alguna canción interesante. Pero no estaba haciendo nada. El reloj ha pasado lentamente de las 23:59 a las 00:00, sin hacer ruido y sin avisar. Y yo me he encontrado de pronto plantado como un pasmarote ante una hoja en blanco y un nuevo día, con los bolsillos llenos de tonterías y la cabeza de pájaros.
Quizás tenga algo de culpa el alcohol, quizás no. (Seguro que si), pero creo que esta divagación me va dirigiendo lenta e inexorablemente hacia una de mis reflexiones sobre el tiempo. Y con el tiempo no me refiero a esa cantidad imprecisa de segundos que se amontonan unos encima del otros sobre mi cabeza, sino todos aquellos que pasan sonriéndonos silenciosos por delante de nuestras narices sin que nos demos cuenta.
Es curioso, mientras escribo estas palabras el contador de segundos no para, nunca ha parado, aunque yo me detenga media hora y continúe la siguiente palabra después, estas palabras estarán separadas por mucho más que un simple espacio en blanco y nunca nadie se dará cuenta de ello, parecerá que surgieron a la vez, precisas y formadas, en línea perfecta una tras otra. Y es todo mentira.
Como el tiempo, que, siento decepcionar a los fans, también es mentira. ¿Qué diablos es un segundo? ¿Es una sonrisa? ¿Un paso? ¿Una palabra? No, los segundos no son nada. Solo son cadenas que nos anudamos al cuello voluntariamente y con las que lentamente nos vamos estrangulando a medida que crecemos.
Por lo tanto deduzco (y me sorprendo por ello) que el tiempo, como la mayoría de las cosas, es una mentira inventada con el hombre con el único fin de controlarlo todo. Pero, como todo lo inventado por el hombre (tengo un estilo muy repetitivo, lo sé), el tiempo tiene un doble filo muchísimo más grave de lo que la gente se imagina. Puede que organice cosas, que nos ayude a planear la vida, pero el tiempo y esos mismos planes nos atan y nos encadenan, nos ahogan. El tiempo es una de las grandes mentiras del hombre, pero gracias a Dios yo me he dado cuenta y puedo ayudaros a salir sinceramente de la mentira que tanto me gusta.
Y como admirador acérrimo que me considero de la mentira, no puedo desenmascararla así como así y dejar la verdad al desnudo, más que otra cosa porque la verdad como tal es otra mentira (ver otra de mis reflexiones para más información). ¿Entonces cual es la finalidad de toda esta parrafada que, estoy seguro, nadie ha leído? Pues muy sencillo, simplemente haceros caer en la cuenta de que el tiempo es una mentira. No sé cual es la verdad, quizás no la haya, pero que seáis consciente de ello cuando corráis a una cita o lleguéis tarde a coger un bus, ya es un gran paso para vosotros. Y si en ese caso os acordáis de mi y de mi blog, será un gran paso para mi y para mi amiga la mentira.

sábado, 15 de marzo de 2008

Y de nuevo... el color.

Aquí os traigo otra nueva encuesta recién salida del horno que puede ser mi cabeza.
Volvemos a los colores. Intentaré hacerla más fácil para todos aquellos que se liaron en la primera encuesta de los colores y no supieron como votar. Vuelvo a repetir que HAY QUE SELECCIONAR UNA OPCIÓN DE CADA COLOR. Es decir, si hay tres colores, en total deberemos responder a tres opciones. Creo que ha quedado claro así que no espero fallos.

Vamos directamente con los colores de hoy:
-Verde: Se conocen 100 tonos diferentes de verdes actualmente. Es el color de las plantas y se relaciona con la naturaleza. Se encuentra en el centro entre los colores detestados y preferidos.
Fertilidad: Se asocia el color verde a la fertilidad debido a que es un color que, como hemos indicado, se asocia comúnmente a la naturaleza y más concretamente, a la primavera, que es la época del año en la que todo crece y florece tomando un color verde muy vivo. Es decir, una época muy fértil.
Esperanza: Esta asociación tan común que todos conocemos tiene un origen psicológico, o mejor dicho, lingüístico: Se debe ni más ni menos a que en el lenguaje normalmente se asocia la esperanza con la primavera como un periodo de renovación en la que todo lo que hemos plantado crece. Una vez más viene de una asociación indirecta con la primavera.
Veneno: Esta asociación viene de dos cosas diferentes: Una de ellas es el color que usaban los pintores al representar al verde. Se trata de una mezcla química altamente tóxica (Napoleón murió envenenado por la disolución de la pintura verde de los tapices de su prisión en la isla de Santa Helena). Otra es el color con el que usualmente se encuentran a las serpientes en la naturaleza, uno de los animales más temidos.
-Naranja: Se conocen 45 tipos diferentes de naranja. Es un color subestimado y poco convencional que no se utiliza mucho en el mundo occidental.
Diversión: Se debe a una asociación con el verano y con el sol tal y como ocurría con el amarillo. Cuando estos dos colores se asocian juntos, la diversión está asegurada.
Exótico: Esta asociación se realiza por el simple hecho de que en Europa y el mundo occidental no se conocía el color naranja en la naturaleza hasta que se exploró Asia y se encontraron las naranjas, las túnicas chinas y los vestidos indios. Por esa razón, en pintura siempre se usaba el color naranja para pintar lo desconocido y exótico.
Budismo: Esta asociación viene dada por el simple hecho de que usualmente los monjes de esta religión visten túnicas de color naranja. El hecho de que fuera un color desconocido para vestir ha hecho que se asocie la ropa naranja al budismo.
-Violeta: Se conocen 41 tonos diferentes de violeta. Es un color que está ganando adeptos con el paso del tiempo y que cada vez es más apreciado. A pesar de que el pasado siglo se detestaba, últimamente está de moda. También es el color de la extravagancia, la originalidad, la vanidad y los pecados bonitos. Es el color menos usual en la naturaleza.
Poder: En la antigüedad, vestir de púrpura significaba tener una gran influencia y poder ya que era uno de los colores más caros y difíciles de conseguir. Se relaciona con el color de reyes y obispos.
Feminismo y movimiento gay: En el morado se unen la feminidad y la masculinidad del rojo y el azul por lo que representa tanto la petición de las mujeres de los mismo derechos que los hombres como la ambigüedad de los homosexuales. Además, usualmente, el color morado es el principal de la bandera del arco iris para los homosexuales (símbolo que fue usado previamente por el movimiento de liberación de la mujer). Por último, esta asociación puede venir también de que en Estados Unidos, los homosexuales se ataban al cuello un pañuelo morado para poder reconocerse.
Magia: Esta asociación viene de que antiguamente, la gente de poder eran los sacerdotes o magos, que vestían de morado incluso después de separarse magos de sacerdotes religiosos. Habitualmente se asocia a los magos vestidos con una túnica morada de diferente intensidad en función de la bondad o maldad del hechicero. Junto con el negro representan el misterio y la fantasía propias de la magia.

Y ahora a votar que hasta después de semana santa no publicaré los resultados.
Acordaros de votar una opción dentro de cada color.

jueves, 13 de marzo de 2008

Acto tres: Él, ella y yo, entramos en escena. La luz y él salen de escena

Él se asomó a la ventana. Yo conocía su nombre y su cara. Se parecía mucho a mi. Quizás por esa razón había ocupado mi cuarto. Era condenadamente guapo y arrebatador. Parecía recién despertado y sudaba. No llevaba puesta camiseta y quise imaginármelo con un pantalón de pijama de tela blanco. Si, sin duda iba así vestido. Aunque la verdad era que yo no alcanzaba a ver nada más que su torso desnudo apoyado en el alfeizar de la ventana. La luz que se había escapado de la habitación caía en la acera, frente a mi, proyectando sombras sobre la calle y sobre el rostro anguloso de aquel joven.
En las manos tenía un pequeño teléfono que brillaba con una luz azulada mientras él buscaba desesperadamente un número en la agenda. Cuando lo encontró, pulsó el botón de llamada y se llevó el teléfono a la oreja. Tenía las orejas pequeñas, algo despegadas de la cara y terminadas en un pequeño pico. Yo estaba convencido que se acomplejaba de ellas, pero a mi me encantaban, me parecían sensuales y originales, encantadoras. Le daban al rostro una expresión juvenil y divertida. El resto de su cara era angulosa, tenía las facciones marcadas y el mentón prominente. Estaba nervioso y en la frente se le formaban unas arrugas de preocupación. Yo sabía lo que le pasaba, pero no podía ayudarle. No hasta que no entrase en la casa.
Comenzó a hablar en susurros, sin duda para no despertar a las personas que dormían en otras habitaciones. Yo tampoco quería despertarles, solo quería verle a él, pero sabía lo que pasaría. Yo sabía a que había venido y como terminaría todo. Pero debía tener paciencia. Era importante que tuviera paciencia.
Hablaba con otro chico, parecía aliviado de escuchar su voz y poco a poco se fue serenando. En determinado momento una sonrisa fugaz se dibujo en su rostro y la luz de la habitación quedó eclipsada. Tenía dos hoyuelos muy leves marcados a ambos lados de la cara. Eran muy pequeños, pero los capté a la perfección desde donde yo estaba. El chico estaba absorto en sus propios pensamientos y comenzó a pasear la mirada por toda la calle. Sin duda miró un par de veces hacia donde yo me encontraba, pero la luz de la farola me tapaba por completo y le cegaba. La conversación concluyó y el muchacho dejó el aparato (aun brillando) sobre la ventana mientras se apoyaba en el alfeizar con los codos. Suspiró con fuerza y casi pude ver como la tensión se escapaba de sus músculos y se relajaba totalmente.
Estaba enamorado de aquel chico, de sus ojos marrones oscuros, de su potente mirada, de la luz que irradiaba al sonreír, de las arrugas de preocupación de su frente, de sus orejas puntiagudas y de su teléfono móvil. Estaba enamorado de él porque ocupaba mi habitación, estaba enamorado de él porque era como yo. Prácticamente era yo.
Se quedó un momento mirando la calle y respirando pausadamente. Me recreé pensando que el café que había tomado antes en sueño en el porche de entrada, con un juego de café que no existe había sido con él. Pensé también que todo el aire que yo respiraba llegaba hasta la ventana y era respirado por él y que compartíamos un vínculo más íntimo del que podía imaginar cualquier persona.
Finalmente cerró los ojos almendrados y se pasó una mano por el pelo. Tenía el cabello más negro que podáis imaginar. Creedme si os lo digo. La luz de la habitación se reflejaba contra él. Lo llevaba recortado en un estilo un poco desarreglado, estilo al que contribuía sin duda el hecho de que estuviera despeinado. Soñé con abrazarle mientras estaba allí cerrando los ojos y con transmitirle mi calor y mis fuerzas. Soñé con explicarle que pasaba y porque tenía esos sueños, pero no podía.
A mi lado, se materializó de repente la imagen de aquella mujer. La vi con el rabillo del ojo. Me miró y después miró al jovencito. Él no podía verla a pesar de que prácticamente estaba bajo la luz del farol. Nadie podía verla excepto yo así que la miré. La mujer sonrió y se acercó a mi. El chico apagó la luz y, con la ventana aun abierta, se introdujo en su habitación. Mi habitación. La mujer me estaba besando en los labios y yo tenía los ojos cerrados.

miércoles, 12 de marzo de 2008

La mansión sureña.

El que me haya estado siguiendo (si aun queda alguno) habrá notado que ultimamente he escrito relatos con continuidad. Me ha gustado la historia y voy a seguirla un tiempo (hasta que no me guste más) con ella. Por eso he decidido que voy a crear una nueva sección para ese relato llamada La mansión sureña para que podáis encontrar todos los capítulos a medida que los vaya a escribiendo por si alguno se pierde alguno.
Nada más esto es todo desde radio macuto.

martes, 11 de marzo de 2008

"!Jafar, jafar gran señor... Y si pierde... MEJOR!"

Efectivamente, lo habéis adivinado (o mirado en los resultados de la encuesta que han estado ahí tirados durante días), el vencedor de la última encuesta no es otro que el Genio genial de la película Aladdin.

Pero primero vamos con los demás resultados de la encuesta y, como siempre, comenzaremos de abajo a arriba:
-En el último puesto Baloo, el oso del libro de la selva con cero votos. Creo que es uno de los pocos personajes que ha resultado tan mal parada en las encuestas. No entiendo por que, pensé que iba a ser un personaje más popular que por ejemplo Flora, Fauna y Primavera. Misterios de la vida.
-Los siguientes en las votaciones son las hadas Flora, Fauna y Primavera de la bella durmiente y Lumiere de La Bella y la Bestia. Las hadas no me han sorprendido mucho, no esperaba grandes cosas de ellas a pesar de su carisma. Tenían muy duros competidores. Sin embargo me gustaría resaltar la posición de Lumiere en la lista. La película en la que sale es una de las preferidas por el público y suele ser uno de los principales protagonistas de la película. Me ha sorprendido que se encontrara en un puesto tan inferior. De hecho me sorprende más incluso que la aplastante derrota de Baloo.
-Con dos votos, Pepito Grillo, la conciencia de Pinocho, se ha quedado prácticamente en la mitad de la lista. Un puesto aceptable y normal.
-Tres votos son los que se ha llevado otra de las grandes decepciones de la lista (al menos para el que las prepara): Sebastián, el cangrejo de la Sirenita, que no ha conseguido nada más que quedarse a la mitad de la tabla.
-Mushu, el dragón de Mulan ha conseguido un muy aceptable cuarto puesto con cinco votos. Si bien es cierto que el cuarto puesto está bastante distanciado en votos del tercero y no digamos del segundo y el primero. Hay que tener en cuenta que entre los tres primeros puestos copan prácticamente el 80% de los votos. Como decía, un puesto muy honroso para este dragón tan simpático.
-Abrimos el podium de honor de esta encuesta con Timón y Pumba, con 13 votos. Imaginaba que estos personajillos estarían entre los más votados así que no me sorprende mucho.
-En segundo lugar con 21 votos encontramos a Dori, la pez de Buscando a Nemo. Como ya dije, uno de los personajes más divertidos de los últimos años de la factoría Disney. Esperaba muchos votos para ella, pero no que quedara en segundo lugar y con un solo voto de diferencia con el vencedor. Entre los dos personajes suman más de la mitad de los votos totales.

¡Y el ganador es......... El Genio Genial!
Una breve descripción física a pesar de las fotos: Cuerpo de color azulado gaseoso. Una panza prominente y unos brazos grandes y fuertes. En la parte de abajo su cuerpo se torna de un color azul más oscuro. A veces tiene piernas enfundadas en unas babuchas y otras veces tiene un cuerpo parecido al humo que se convierte en un hilillo que se conecta con la salida de la lámpara mágica. En las muñecas lleva dos brazaletes dorados que son los grilletes que le unen a la lámpara, cuando es liberado, los brazaletes desaparecen. Tiene una perilla negra y una pequeña coleta del mismo color que le da un toque oriental. Por último, siempre viste con un fajín rojo que separa una parte del cuerpo de otra. Por lo demás, el aspecto de este ayudante puede cambiar a voluntar y suele tomar múltiples aspectos según habla.
Momentos estelares: Tiene muchos a lo largo de la película. Por ejemplo la canción del Genio Genial, la del príncipe Alí o cuando anima la batalla contra Jafar. Simplemente inigualable.
Fue dibujado por primera vez para la película Aladdin en el año 1992 y después salió en El Retorno de Jafar (1994) y en Aladdin y el príncipe de los ladrones en 1996.
Aquí os dejo un enlace a sus dos canciones mencionadas anteriormente.

http://es.youtube.com/watch?v=z8vkmO821JQ

http://es.youtube.com/watch?v=gTo9RofvI8o&feature=related

La canción del genio genial estuvo nominada a los Oscar, pero finalmente se llevó la estatuilla la canción Un Mundo Ideal de la misma película. Esta película también se llevó un Oscar a la mejor banda sonora.

Por último resaltar que las encuestas de Disney se superan unas a otras en cuanto a votos se refiere, así que he de suponer que triunfan más que cualquier otra. Lo tendré en cuenta, tengo muchas sobre Disney preparadas, pero hay que ir poco a poco así que ya sabéis que la siguiente será de otro tema diferente por la cosa de no aburrir.

domingo, 9 de marzo de 2008

Pero te quiero!

Hoy comienzo una nueva sección que llamaré canciones. Aquí recopilaré las letras de las canciones que más curiosas, graciosas, tristes o bellas me parezcan.
Para apartar un poco la vista de las elecciones me decanto por una canción graciosa que circula ultimamente por Internet. Se titula: "Pero te quiero". Habla de una mujer muy fea y de su novio. Espero que os alegre un poco el día, aunque he de reconocer que es una entrada un poco friky, espero que sepáis perdonármelo.


Tu cabello es solo una pequeña porciónde todos los matojos que tienes mi amor
tienes pelo en la espalda, en la tripa y asta en el ombligo tienes mogollón
mas de una vez me quedado enredado entre las grandes matas de tu canalón
eres king kong eres una selva tropical y yo nena, yo soy tu tarzán
tu boca no esta demasiado mal pero tus dientes son algo sobrenatural
y eso que yo de dientes no debería hablar pero al menos mi vida los suelo limpiar
tu halitosis mato al doverman del vecino, a 200 marinos de un barco alemán
en el zoo no te dejan entrar las mofetas han dicho que hueles fatal

Pero te quiero!...eres tan fea que cuando enviaste tu foto por e-mail la detecto el antivirus
pero te quiero!...eras tan fea que el medico dijo al nacer, si no llora es un tumor
pero te quiero!...eres tan fea que fuiste a un concurso de feas y te dijeron que no aceptaban profesionales
pero te quiero!...eres tan fea que cuando naciste te metieron en una incubadora con cristales tintados

Tu voz me destroza los nervios cuando estoy dormido y me vienes con cosas así como: “porque no me quieres, porque no me abrazas porque y porque”
Joder que te calles, que pases de mi, que te abrace tu madre yo quiero dormir
y ya que te vas mira ver si ventilas un poco mi amor que te has vuelto a escapar,
pero no hay nada peor que tu ninfomania, me tienes a saco de noche y de día
mi pobre flautilla que no puede mas no le das ni un segundo de paz
eres un ser insaciable destrozas muñecos inchables de un solo achuchon
tu cama es un circo romano y yo soy el cristiano que tiembla esperando al león

Pero te quiero!...
Pero te quiero!...eres tan fea que escogiste de profesión prostituta y moriste virgen
pero te quiero!...eres tan fea que tu madre en lugar de darte el pecho te daba la espalda
pero te quiero!...eres tan fea que hacías llorar a las cebollas
Pero te quiero y por mucho que digan me vienes mejor que la sharon stone

Con tu pelambrera me echo dos abrigos que quitan el frió mejor que el visón
tu olor corporal contrarresta el olor infernal de mis pies y eso es algo genial
tu gran apetito sexual es mejor que un gimnasio contigo estoy echo un chaval

Por eso te quiero!...eres tan fea que el medico dijo al nacer si vuela es un murciélago
pero te quiero!...que en carnaval fue a comprar una careta y le dieron solo la goma
pero te quiero...fea
pero te quiero...eres tan fea que en lugar de menstruación tenias monstruacion

viernes, 7 de marzo de 2008

De Luto

Hoy iba a postear, pero he decidido no hacerlo en señal de protesta contra el asesinato terrorista ocurrido hoy.
Quizás no sirva de nada, pero quizás si.

martes, 4 de marzo de 2008

Mafalda y el manicomio


Una vez más recurro a mi amiga Mafalda para que explique por mi lo que yo pienso de determinadas cosas. Por ejemplo el mundo. ¿Alguien ha visto semejante conglomerado de locos y locas en algún sitio? Y no solo la gente. ¿No pensáis que el mundo esta muy, pero que muy, loco?
Creo que yo, como Mafalda, como vosotros, como todos, hemos pensado alguna vez que la gente que hay más allá de nuestra narices no piensa como nosotros, que todos está bien situados en el mundo menos nosotros, a los que, o nos han explicado mal las reglas del juego, o no se nos permite enternarnos de que va el asunto.
Pero la verdad, es que también pienso que la gente que destaca es siempre la que no encaja del todo, que son aquellos que se sienten incómodos los que logran cambiar las cosas. Alomejor es solo una visión con la que trato de justificar mi locura (¿O la locura de los demás?), no lo sé, es posible. Pero ¿Y si no fuera así? Quizás entonces tuviera razón y estar loco no es malo del todo.
Si hay una sola posibilidad de que sea cierto nuestro sueño... ¿Porqué dejar de soñar?

lunes, 3 de marzo de 2008

Acto dos: La luz entra en escena, yo salgo de escena.


Me pregunté como se me vería desde la ventana. A pesar de que sabía que no había nadie, me gustaría que hubiese alguien observándome y poder colarme en su mente para verme a mi mismo. ¿Qué vería? Desde luego algo muy diferente de la imagen que guardaba en mi cabeza. Iba bien vestido, pero hay heridas que no se pueden tapar con ropa y no pueden cicatrizar.

Me miré las manos, con las uñas pulcramente arregladas. ¿Qué verían de mi los demás?
Llevaba puesto un traje azul marino que me sentaba de muerte y una camisa de seda violeta con una corbata morada anudada al cuello. Parecía mentira, pero no tenía calor a pesar de que estábamos acercándonos a julio.

Mi chaqueta estaba abotonada solo en dos botones, me pareció que era lo idóneo en estos tiempos. Los botones eran negros y grandes. Hacían juego con los brillantes mocasines que vestía. Me encantaba ir bien vestido, la gente se giraba al verme pasar. ¿Pero qué verían? Debía resolver esa duda cuanto antes, pararía al próximo ser que se encontrase por la calle y se lo preguntaría. Pero antes debía entrar en la casa.

Como ya he indicado todas las ventanas estaban cerradas. Los alfeizares estaban construidos en granito, pero tenían una placa de mármol blanco encima. Todo en la casa tenía una capa de mármol de algún color. Blanco para las ventanas y el baño, rosa para el suelo y negro para la cocina. Me encantaba el mármol. Me gustaba la sensación que provoca caminar descalzo sobre él en las noches de verano. Puede que lo hiciera esta noche. Puede que me descalzase para subir las escaleras y estremecerme de gozo cuando mis pies hicieran contacto con el escalón. ¿Quién sabe? Había muchas cosas que debía hacer esa noche.

La fachada de la casa estaba pintada de blanco, no podía ser de otra manera. Me alegraba mucho pensar que hoy en día eran pocas las casas cuya fachada no fuera de ladrillo. Miento, no me alegraba eso, me alegraba el hecho de que ésta casa fuera una de las que se salieran de la norma. Si el resto de casas hubieran estado pintadas de blanco me alegraría que ésta fuera de ladrillo. Miré la casa una vez más y sonreí. ¿Cómo podía gustarme tanto una vivienda? Adoraba todos sus detalles, construidos paso por paso con exquisita selección. Amaba profundamente a los seres que vivían en aquella casa. Y les iba a ver por primera vez en mucho tiempo. Eso si llegaba a atreverme a entrar.

Un ruido en el jardín desvió mi atención hacia la hierba. De pronto, unos cuantos aspersores saltaron a la vez, empapando el jardín entero. Recordaba cuando Rufo, el perro de la familia aun vivía. Solía dormir en el porche consciente de que el jardín estallaba en lluvia cada noche. Aunque alguna que otra vez se pegó un buen susto y acabó empapado. Se trataba de un pequeño perro de color canela. Su raza nunca se ha sabido con certeza. Fue uno de esos perros que encontraba vagando por la calle y llevaba a casa. Era una lástima que hubiera muerto. Me habría gustado llorar por él, aunque no lo hice. Preferiría haber llorado por él que por algunas personas por las que lloré. La gente a veces puede ser muy hipócrita.
Una luz se encendió en una ventana del piso de arriba. De la ventana que había sido mi cuarto. Rápidamente me escondí tras la penumbra de la farola y observé como se abría la ventana.

sábado, 1 de marzo de 2008

La Rosa.


...

Quizás prendida,
Quizás sujeta,

Quizás en el alma,
Quizás en la puerta.

...