viernes, 28 de noviembre de 2008

Muerte en la rectoría - Michael Innes

Se trata, sin duda, de un claro ejemplo de literatura policiaca de corte europo de mediados y fnales del siglo XX.

El planteamiento es sencillo: Un asesinato (el del rector de la inventada unversidad) en un entorno cerrado (la misma universidad, a la cual sólo se puede acceder gracias a un número limitado de llaves) al que sólo tienen acceso unos pocos personajes que componen el total de los sospechosos. Un elemento extraño (en este caso un detective), se introduce en ese entorno y trata de desenmarañar lacompleja red de relaciones que haye stablecida entre los sospechosos.


¿Qué tiene esta novela de especial entonces?
Bien, es cierto que su estructura básica responde a los cánones clásicos de la novela de misterio, pero esto solo sirve al autor (Michael Innes), como excusa para hacer un análisis psicológico profundo de los personajes y tranformar una novela de misterio en una novela intensa de caracter sociológico.
El toque original deriva de la situación especial de los personajes. El escenario es la Universidad, un entorno culto donde todos ls habitantes son inteligentes (en cierta medida), elocuentes y buenos oradores. El detrctive, por tanto, debe situarse al mismo nivel y desarrollar una "batalla dialéctica" para desenmascarar a los personajes.


Quizás se le pueda achacar un desprecio excesivo por las pruebas materiales frente a la psicología de los sospechosos. El autor está demasiado influido por Freud y su psicoanálisis.
Mantiene la tensión abierta hasta el final, lo cual provoca que al resolverse, se haga de una forma brusca, terminando el libro de golpe y dando a la solución un aire de premura y subrealismo que la hace inverosímil.
A mi entender, el final queda abierto e incompleto, lo cual estropea un conjunto novelado muy interesante que obliga al lector a una atención continua y supone un reto intelectual que ya no se encuentra en la literatura actual. He de matizar que no creo que sea un mal final porque sea abierto, al contrario, un final abierto suele ser, para mi, un final completo. Creo que lo máximo que se puede dejar de abierto un final en una novela de misterio es no narrando, ni siquiera mentando, el castigo del autor del crímen, ya que esto es una de las principales características de este tipo de novelas (no tratan de ser moralizantes, muchas veces, ni siquiera hay un castigo para el criminal, únicamente se trata de resolver el misterio, no de juzgar o enjuiciar los actos de los personajes).

Finalmente, me gustaría destacar la autorreferenciación constante a la novela de misterio en sí misma. El detective no para e hablar de lo paradójico del caso y s similitud con una novela policiaca, ridiculizando el género y provocando una sensación de verosimilitus muy elevada que hace que el lector se piense que no esta leyendo una novela de misterio.
Pero la intertextualidad no termina ahí. Uno de los protagonistas (un sospechosos tempranamente descartado), es un profesor que se dedica en sus ratos libres a la creación de novelas de misterio y que ofrece su ayuda comparando constantemente el caso "real" con las novelas que el escribe.
Esto genera un juego de espejos entre novela y realidad que desorienta al lector y le obliga a estar alerta constantemente para no perderse entre el juego dialéctico y la capacidad narrativa del autor.

2 comentarios:

J. Jiménez Gálvez dijo...

Me apunto el titulo.

Dickinson dijo...

Lo estoy leyendo y me ayuda tu reflexion. gracias.