domingo, 7 de septiembre de 2008

Los girasoles.

Hoy venía en el coche rumbo al pueblo y entre la resaca solo podía vislumbrar de lejos los enormes campos de girasoles que llenaban los dos lados de la carretera. Me he puesto a pensar en que eran una plantas muy curiosas con una actitudaún más curiosa. Para empezar se pasan el día pendientes del sol (como bien sabéis) hasta el punto de que giran sus flores al ritmo que se va desplazando la tierra alrededor de si mismo. No solo siguen al sol, sino que al final del verano acaban quemados y sin flores de tanta fijación solar.
Y eso me ha dado que pensar, me ha hecho pensar en la gente y en como a veces somos como los girasoles. Ellos sigue al sol como nosotros perseguimos determinados sueños o metas y muchas veces acabamos destrudos por esa obsesión y fijación.

Claro que es importante tener sueños y metas, pero también es importante saber moderarse y no dejarse cegar por ellos.

Yo personalmente espero apreder de los girasoles, me plantearé metas altas, lo más altas que pueda, pero también me plantearé metas realistas, de las que yo esté seguro que sea capaz de realizar.

3 comentarios:

Un pedacito de mí dijo...

Sí, hay que ser realistas y no basar nuestra vida en lo que no tenemos y deseamos obtener.

Si hacemos eso, no disfrutaremos de lo que ya tenemos.

Es así.

A. dijo...

Pues viene al caso lo que cuentas, yo soy un poco girasol. Por eso ya me he tenido que reinventar varias veces. Con poco éxito.
Girasol me recuerda al profesor Tornasol, el de Tintín. Como no, un poco sabio loco. Un saludo.

Laura dijo...

Siempre me gustaron los girasoles, a tal punto que hace poco me regalaron uno...

Entre tanta oscuridad y tanta absurda realidad... prefiero ser girasol.

Me gusta mucho tu blog... Gracias!