sábado, 6 de febrero de 2010

Alicia y Javier

El vagón abrió sus puertas en la estación de Nuevos Ministerios. Alicia y Javier ocuparon dos asientos en el tren, que estaba medio vacío.
−!Madre mía! Una Lumix Leica −dijo Javier acariciando la caja que llevaba sobre las piernas−. ¿No es increíble que nos haya tocado?−
−La verdad es que sí, hemos tenido mucha suerte. Por fin vamos a poder comprar la mesa del salón.
−¿La mesa? ¿Vamos a comprar una mesa haciendo fotos?
Alicia se rió.
−Claro que no estúpido. Habrá que vender la cámara. ¿Para qué la queremos nosotros?
−Si bueno ahí tienes razón.
Se quedaron callados. Alicia observaba por la cristalera la gente que había en la siguiente parada.
−Había pensado −comenzó a decir al rato−, que podíamos ir mañana a ver la ópera aquella que me recomendó Marta, dicen que es genial.
Javier asintió en silencio.
−Mañana había quedado con estos para tomar unas cañas, pero si quieres, vamos.−
Alicia se quedó mirando la caja de la cámara.
−¿Podrás venderla por Ebay?
−Sí claro, supongo que sí.
−A ver cuanto nos dan por ella.
−Puf. Pues bastante, es de Panasonic además. De mil euros no baja.
−!Mil euros una cámara! ¡Qué locura! La de cosas que hago yo con mil euros.
−A mi me parece una buena inversión si te gusta la fotografía. Tiene que hacer unas fotos alucinantes.
−Por mil euros ya puede ponerse a pagar la hipoteca.
−Bueno, no estoy diciendo que yo me los gastara, sino que si pudiera, no lo vería mal.
−Menos mal que no los tienes, si te presentas en casa un día diciendo que te has gastando mil euros en una cámara de fotos, vais los dos a la calle. Tú y la cámara.
Javier sonrió y Alicia miró para otro lado, observando la ropa de una chica que se había subido en Ciudad Universitaria.
−Por eso nunca me los he gastado, pero hemos tenido la suerte de que nos ha tocado. Y no querías ir…
−Ni pienso volver por mucha suerte que hayamos tenido. No me gustan nada esos antros… −Alicia seguía sin mirarle.
−Voy a informarme por Internet esta noche, no quiero que nos den menos de lo que vale.
−Si nos dan mil euros, date con un canto en los dientes. Total, no hemos pagado nada por ella.
−A no, por cualquier cosa no la vendo, antes que eso nos la quedamos.
Alicia se volvió y le miró a los ojos.
−¿Para qué queremos una cámara nosotros? Si ya tenemos la que nos regaló mi madre en navidades.
−Bueno, pero es una inversión, no podemos venderla así como así.
−De verdad Javi, a veces tienes unas cosas… Que nos la quedemos dice.
−Si prefieres tirar el dinero…
−¡Pero si no nos ha costado nada! Mejor venderla a bajo precio que no sacar provecho, ¿No?
−Podríamos aprender a hacer fotos y ya no sería algo inservible. No sacaríamos dinero, pero tampoco lo perderíamos.
−Yo ya sé hacer fotos. Y tú para hacerles fotos a las jirafas del zoo tienes más que suficiente con la que ya tenemos.
Javi se quedó callado.
−Además −continuó−, ¿De dónde vas a sacar tiempo para aprender?
−Podría apuntarme a cursillos los sábados por la mañana. He estado mirando y…
−Sí claro, y la casa la recojo yo sola mientras el niño se va a clase con su cámara de mil euros.
−Lo he dicho para amortizarla si no conseguimos venderla a su verdadero precio.
−Qué me da igual su verdadero precio Javi, si sacas quinientos euros por ella estaré más que feliz. La cámara se vende y no hay más que hablar.
Los dos se quedaron callados mientras el tren se detenía de nuevo en una estación.
−Vamos −dijo ella poniéndose en pie.
Estuvieron el uno junto al otro mirándose en el reflejo de las puertas. Javier con el paquete entre las manos y Alicia sujetándo el bolso y arreglándose el flequillo.
−Por cierto −comentó Javier−, no me acordaba que mañana tengo una reunión en el trabajo, no sé a que hora saldré así que mejor dejamos lo de la ópera.
Y salió del vagón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

H dado por casualidad con tu blog y es genial
Me replantearía lo de quedarte en escritor frustrado :)

Pásate por el mío, si quieres

Un beso!

white dijo...

Buen diálogo, muchas palabras para llenar esa falta de comunicación, verosímil, creíble y buena idea.
Besito

Begoña dijo...

Me parece una idea muy buena y están bien trabajados los diálogos. Creo que le podrías dar "una vuelta de tuerca más". Esa cámara qué representa. ¿Lo que podrían hacer y no hacen quizá? Porque no pueden o porque lo van dejando. Me gustaría que se hablara de algo más que no fuera el coste de la cámara, sino que podrían con ella hacer fotos de su cumpleaños que está cerca, hacer un viaje... No sé esa cosas que representa la cámara. Luego podrían incluso venderla o decidir que no, pero que piensen en hacer algo con ella.