miércoles, 2 de diciembre de 2009

Reflejo VI

El autobús parecía no ver los resaltos por los que pasaba a toda velocidad mientras iba acercándose a la estación. La música de mi reproductor mp3 sonaba distraída y yo contemplaba mi reflejo a través del cristal. Me resultaba extraña la sensación de encontrarme en el vehículo sin tener un libro entre mis manos, pero me permitió ser más consciente del viaje. Me fijé en la gente que subía, en la que bajaba, escuché un par de conversaciones, miré por la ventana maravillándome por el espectáculo de luces que ofrecía Madrid durante la noche y disfruté de la sensación de estar yo solo conmigo mismo. También me dio por pensar, que a veces viene bien. Es curioso cómo no soy capaz de recordar ninguna canción de las que sonaron durante el trayecto y cómo sí soy capaz de recordar el tacto que tenía el asiento de mi derecha donde llevaba puesta mi mano. Al llegar a la estación, cerré los ojos dejándome envolver por aquella sensación de paz y de tranquilidad, de armonía conmigo mismo. Traté de memorizarla y grabarla a fuego en mis recuerdos, con la intención de acudir a ella y convertirla en mi refugio cuando me quitara mis auriculares y el ruido de la vida me golpeara de nuevo.

4 comentarios:

Marduk dijo...

Eeeeeeeeeeeeh... ay, si yo te contara....
CUANDO NOS VEMOS?????
Deberíamos hacer una quedada de emergencia YA MISMO.

Roci, ud. y yo.

Este viernes??????

AAAAAAAAAAAGH... odio trabajar......................

white dijo...

Tus palabras dicen que, sinceramente, esta vez no mientes.
Un beso

txïo [patito-feo.es] dijo...

A mí me pasan cosas así a menudo. Con la imagen de las calles bajo la lluvia, la sensación de frío al bajar de los autobuses... ¿Sabes que aprovecho mis trayectos en transporte público para escribir? Imagino que te ocurrirá más o menos lo mismo...

edu_art dijo...

es increible la relación entre la vida y la forma en la que nos trasladamos de un punto a otro.

a mi me preocupa un poco la velocidad, te soy honesto.

tengo un amigo que dice que lo importante son las vistas, pero no sé yo. creo que ahora me da un poco de miedo ir con prisa por mucho que haya una panorámica estupenda.

por otra parte, qué curiosa es la memoria también. fíjate más en las canciones que en el tacto. no te imaginas la cantidad de coincidencias que puede haber entre letra/situaciones.

besos y estrellas.