
Siempre suelo ser muy optimista y además, viendo todo lo que uno ha pasado y ver que sigue vivo le hace pensar que al final todo se supera (a toro pasado...), por eso siempre tengo fe en el año siguiente, siempre confío en que será un buen año y que aunque me pasen cosas malas, cuando dentro de un año me siente a redactar estas mismas líneas, diré que al final no fue tan duro.
He encontrado nuevos amigos, nuevos rumbos, nuevas decisiones, he cambiado de manera de pensar, he hecho locuras, he sido un poquito más valiente y sobre todo, me he acercado mucho a la persona que me gustaría ser. Este año ha sido un año lectivo para mi, un año de aprender cosas, de ver la vida desde otro prisma y sobre todo el año del "dejar que fluya". El mundo es mucho más sabio de lo que el hombre se empeña en demostrar y día a día lo compruebo. Todo llegará. Por eso este año me ha enseñado mucho y lo despido con cariño y orgullo, esperando poder encarar el 2009 con ambición, pero sobre todo, con optimismo.