Últimamente me visita mucho el recuerdo. El tiempo, el pasado, la adolescencia...
He aprendido a mirar atrás con nostalgia y sin remordimiento.
El pasado ha venido a verme, nos hemos sentado, hemos charlado de cosas, nos hemos mirado a los ojos, hemos luchado a vida o muerte en un duelo (sin espadas, pero con heridas)... y he vencido.
La verdad es que no he sentido satisfacción alguna por vencer. He sentido mucho miedo de haberme podido dejar ganar. De haber podido dejarme llevar por ese que fui.
Ya no soy el mismo. Miro hacia atrás y me siento orgulloso.
Yo soy mi pasado, sí, pero ahora soy mucho más que eso.