domingo, 8 de marzo de 2009

Siesta


Domingo tarde.

El sol brilla y por la ventana (abierta) entran los cantos de los pájaros.

Reprimo mis ganas de salir al jardín, caminar descalzo por el cesped, tumbarme a leer bajo el cerezo y quedarme dormido junto al pastor alemán de la familia.

Las reprimo mucho.

Tanto tanto que cierro la ventana para no oler la barbacoa del vecino y me siento en mi escritorio para comenzar la lectura de Hallin y Mancini para la clase de mañana.

A veces el sol es tan injusto...

2 comentarios:

Felipe dijo...

Si te reprimes, en tu memoria quedará que no viviste una preciosa tarde que, bajo el cerezo, anunciaba la inminente llegada de la primavera. Hallín y Mancini se hacen menos áridos sobre el esplendor de la hierba...

Mj dijo...

ahi le has dado!!
pero si hay que echarles se les echa!!

y no te quejes q tu por lo menos tienes sol!!!
aqui con eso del nublado continuo lo unico q te dan son ganas de sobarrr :S:S