A veces el mundo me puede.
A veces pierdo y me escondo en un rincón bajo mis mantas.
Me quedo en silencio, oyendo el mundo chirriar sobre sus goznes oxidados al girar... me oigo sufrir.
Oigo mi cuerpo reclamar tus caricias y siento el frío...
Y es que hay días en los que uno no llega.
Hay días en los que el alma pesa.
Hay días de soledad y soledad de los días.
No me hables, no me toques, no me mires.
No te compadezcas.
Y siento el frío...
Me gustaría ser invisible, desparecer.
Estar aquí sin que me veas, marcharme para siempre sin molestar.
No hacer ruido, no sentir, no ver, no escuchar...
No tener la certeza de que el mundo me ha olvidado.
A veces pierdo y me escondo en un rincón bajo mis mantas.
Me quedo en silencio, oyendo el mundo chirriar sobre sus goznes oxidados al girar... me oigo sufrir.
Oigo mi cuerpo reclamar tus caricias y siento el frío...
Y es que hay días en los que uno no llega.
Hay días en los que el alma pesa.
Hay días de soledad y soledad de los días.
No me hables, no me toques, no me mires.
No te compadezcas.
Y siento el frío...
Me gustaría ser invisible, desparecer.
Estar aquí sin que me veas, marcharme para siempre sin molestar.
No hacer ruido, no sentir, no ver, no escuchar...
No tener la certeza de que el mundo me ha olvidado.
2 comentarios:
Lo dijo Silvio... "lo mas terrible se aprende enseguida y lo hermoso nos cuesta la vida..."
Un abrazo calido y lleno de luz
...y me refugio en el único lugar que me comprende y me frena,
mis cuatro paredes que tropiezan con mi mente abierta.
saludos conversos.
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