miércoles, 4 de febrero de 2009

Ninguna duda.

Sin duda se trata de una película sorprendente y atractiva. Ni un solo momento de los 99 minutos que dura el filme se hace tedioso o pesado a pesar de que constantemente está recurriendo al mismo tema.

Se ve en los escenarios y los planos su origen teatral, pero a pesar de ello, resulta atractiva y sobre todo absorbente.
El espectador está constantemente tratando de resolver “la duda” que se plantea al principio de la película (que sigue sin resolverse al final de la misma) y va viendo la evolución de los personajes a medida que el argumento cambia.

Las cuatro nominaciones que tiene a los Oscar por las interpretaciones de sus protagonistas son justas y merecidas, sobre todo en el caso de Meryl Streep y de Amy Adams. Quizás el personaje interpretado por Philip Seymour Hoffman sea más plano que el resto, pero la interpretación es meritoria. Sin embargo, resulta curioso el caso de la actriz Viola Davis, que ha resultado nominada tras su corta (pero intensa) aparición en al película. Un personaje con una carga emocional fuerte que en apenas 20 minutos nos da una visión clara y profunda de sus sentimientos. Quizás su nominación se deba a esa intensidad.

Al final, la tensión va aumentando sin llegar en ningún momento a resolverse. Quizás pueda ser ese el peor defecto de la película, pero, a mi entender, no hubiese tenido el mismo efecto de no dejar al espectador con esa inquietud de duda no resuelta. La película te deja incómodo, reflexionando, dudando y te obliga a posicionarte en una de las dos posibles soluciones, sin llegar a decirte cual de ellas es la acertada.

1 comentario:

Felipe dijo...

Sin duda!, tenía previsto verla este finde...