jueves, 7 de octubre de 2010

¿Verdad?

La verdad y la mentira, así como algo abstracto no dicen nada. Solo existe la verdad en contradicción con la mentira, pero nada es ni verdad ni mentira. Todo el mundo cuenta verdades que son mentiras y mentiras que son verdades. Mi verdad, en realidad, no es mi verdad. Pero, claro, todo el mundo necesita tener una verdad para poder existir, o, al menos, creer que la tiene. Es fácil. Solo hay que pensar mucho en uno mismo. Pensar tanto que te parezca que ya no existe nadie más, creerte que eres único de verdad y que realmente a los demás les fascinas. Si de verdad puedes llegar a creerte que a los demás les importa alguien más que ellos mismos, has llegado a tu verdad.
Otro requisito indispensable para llegar a creerse que se tiene una Verdad es admitir, en consecuencia, que los demás no tienen una verdad propia y, que si la tienen, es mentira.
Ahí entra la contradicción entre la verdad y la mentira: Mi verdad es mentira para los demás, pero es verdad para mí. ¿Cómo puede una cosa ser verdadera y falsa al mismo tiempo? ¿Pueden los ángeles volar hacia atrás? ¿Puede Dios crear un caramelo tan ácido que ni el mismo pueda comérselo? Misterios de la vida cuya respuesta, probablemente, no sea ni verdad ni mentira.
Hay mentiras (y verdades) mucho más claras. Los hechos suelen ser la mayor mentira que existe. Y son mentira porque damos por sentado que un hecho es eso, un hecho, que no se puede variar, que es objetivo e igual para todos, aunque, por supuesto, esto también es mentira. Pero claro, si tomamos como base que esa mentira, muy muy gorda, es verdad, todas las decisiones y las conclusiones a las que lleguemos a raíz de ella serán, obviamente, mentira.
Entonces, ¿dónde está la verdad? Probablemente la verdad está en aquello que no nos planteamos. Verdad será que yo creo que algo es verdad, siempre y cuando no nos mintamos a nosotros mismos. Verdad será que esté enfadado, o triste, o melancólico (que no son sinónimos, ni mucho menos), o un millón de cosas. Verdad es que nada es cierto (incluso esto). Verdad es que puedo dudar de todo y de todos. Hay muchas verdades, como puede verse, no todo es de color negro.
Aún así, la gente siempre otorga el calificativo negativo a la palabra mentira. Nunca a la verdad. Como si la verdad fuera buena. ¿Es bueno enterarnos de que nuestro ser más querido es un asesino en serie? No. Probablemente es cierto que lo sea, puede que sea el asesino más sanguinario del mundo, pero si vivimos ajenos a ello, si nos miente, nuestro mundo seguirá organizado. La verdad está bien, pero no la sobrevaloremos. Al igual que la mentira, dejemos de azotarla. Demos por sentado que todo el mundo miente o ha mentido alguna vez en su vida. Siempre. Casi me dan ganas de escribirlo en mayúsculas. Todos mentimos alguna vez, solo que para hacerlo, hay que tener gracia.

3 comentarios:

piero dijo...

Qué bien, sinceramente ha vuelto... creo que es verdad...

Ms. Davis dijo...

que metafisico haz vueltoXD

si todos mentimos, y todos lo sabemos aunque a pocos les guste reconocerlo -.-

Julianix dijo...

En ocaciones las mentiras construyen lo que séra la verdad de tu vida. Un abrazo desde mi cuarto rosa.